martes, 22 de julio de 2008

Embeleso a ojos cerrados

Transpórtate a otro planeta, a uno de ilusiones y de quimeras inquebrantables.
Cuando llegues, aléjate lo que más puedas de tu consuetudinaria usanza.
Corre desaforado intentando cometer la mayor cantidad de fechorías.
Siéntete libre y no pienses jamás en tu querencia, que lejos está de añorarte.
Disfruta la inefable sensación de absoluta emancipación y grita de alborozo.
No llegues a dormir a casa, pernocta bajo un puente y siente el frío calar en tus entrañas.

Déjate llevar por tu intrínseca locura y olvídate de tus principios cristianos.
Degüella cabras, come tierra y camina con los pies en el aire.
Ponte zapatos naranjos y viste harapos y ponte serio para decir que es tu tenida formal.
Pon tu disco favorito en la casetera del vinilo y canta el primer tema en do mayor.
Descansa en el ropero empotrado y aprovecha de dejar el despertador en la chimenea.
Toma un tren que te deje en el Vaticano y ayúdalos a predicar las enseñanzas luteranas.

Sé gobernador de tu propia región, impón tus ideales marxistas y exige devoción.
Deléitate en tus errores y espera a que los inocentes y sin culpa se excusen.
Apresa a lisiados, madres solteras y sodomitas y concédele libertad perpetua a pederastas.
Reparte desdén y sé presuntuoso y altanero al tratar con los pobres y desamparados.
Goza con el dolor ajeno y enternécete sólo con tu belleza.
Sólo haz un chasquido con el pulgar y el anular y ve cómo todos a tu alrededor se derrumban.

También, deja que la afectividad se apodere de ti y regálate los mejores momentos.
Siéntate a ver a tus más profundos anhelos cumplirse con vehemencia.
Mira hacia el fondo del pasaje y reconoce sus rostros y sonrisas.
Créelo, son ellos, los de entonces, que ahora están de vuelta contigo.
Ve, abrázala, y, sin soltarla, cuéntale lo tanto que la extrañaste.
Concíbelo y emociónate hasta las lágrimas, dejándolas que corran hasta empapar tu sitio...






Ya comienzas a echar de menos y reconfortado crees que es tiempo de volver.
Estás seguro de que el ánimo para batallar contra tus adversidades ha vuelto a ti.
Sigues extasiado y codificas tu vida ideal en menos de lo que dura un suspiro de angustia.
Empiezas a avergonzarte de uno de tus cuadros lujuriosos y no logras arrepentirte de tus tiranías.
Te regocija acordarte de las dichas vividas y guardas la esperanza de repetirlas.
Crees que te encantaría regresar… cierras los ojos y lo haces de nuevo.

5 comentarios:

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Dejarse llevar por los instintos mas bajos de uno creo que debe ser una buena experiencia...hacer lo que siempre has deseado pero que la sociedad, tu familia, tu religion o tu mismo te han prohibido debe dejarte una sensacion de satisfacion que no creo que ninguna otra cosa te de..
Sentirte libre de todo, incluso de ti, como terapia puede funcionar...como modo de vida, lo veo un poco complicado.

sabes el penúntimo parrafo me hizo llorar (si seré estúpido).
El principio me estremeció el alma, sonó casi tan parecido a lo que es esta realidad (sabes que no me gusta palparla, oírla, ni menos verla).

Ya no quiero cerrar mis ojos.

Te extraño (comentario aparte)

La verdad es que ahora la leí entera. Y la encontré maravillosa.
Para mí fue como dar vuelta el mundo ciento ochenta grados, hacer parecer bueno lo que según nosotros es malo, ir a otro lugar donde todo es diferente.
Amé esas palabras rebuscadas, adornaron maravillosamente el texto leonardo que quieres que te diga.

tantas contradicciones que tenemos cada dia que ya las hacemos parte de nuestra vida , y nadie reclama.
nose porque se me vino a la cabeza la cancion QUE ME QUEDES TU cuando lo lei por tercera vez. RARO

te adoro amigo

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